Solidaridad: en medio de la crisis, las ONGs se vuelcan a los más jóvenes
Un estudio muestra que el 76% de los argentinos entre 18 y 24 años se autoperciben solidarios y están interesados en trabajar activamente para causas sociales o ambientales. Sin embargo, a las organizaciones les cuesta llamar su atención.
El lugar común "Los argentinos somos solidarios por naturaleza", suele aparecer ante catástrofes naturales o sociales que movilizar el deseo de ayudar de miles de personas. Sin embargo, cuando falta un evento que impulse esa participación, las ONGs encuentran problemas para tener ingresos sustentables, y buscan en los jóvenes y su vínculo con la tecnología una salida para superar la crisis y poder seguir funcionando.
Un estudio realizado por Cultura de Dar mostró a la tecnología y las plataformas digitales como el canal más relevante para promover las donaciones, descubrir y conectarse con las organizaciones, pero todavía falta dar un paso para alcanzar que estos aportes sean recurrentes.
El trabajo, titulado "La cultura de la donación en Argentina", realizado con el apoyo de Mercado Pago, mostró que durante el año pasado 4 de cada 10 argentinos realizaron una donación o voluntariado para una ONG y 4 de cada 10 las consideran "indispensables o muy necesarias" para el buen funcionamiento y desarrollo de la sociedad.
No obstante, la confianza en estas organizaciones viene cayendo en los últimos años, aunque en un contexto generalizado de crisis de credibilidad de las instituciones. Argentina está rezagada respecto a otros países latinoamericanos en términos de donaciones y la crisis actual empeora el escenario: cae la predisposición a hacer aportes económicos en los próximos meses a la vez que se estanca el monto. Ante este panorama, la mirada se centra en los jóvenes.
Los jóvenes, la generación que puede promover un cambio
De acuerdo al estudio, el 76% de los jóvenes se perciben solidarios. Entre los encuestados, la mitad está interesada en trabajar activamente para solucionar o mejorar algún tema social o ambiental y creen en su capacidad de influir en la vida social y política de su entorno.
"Las ONGs tienen una gran oportunidad de crecimiento con este segmento de edad, tienen que darse a conocer, y hacer docencia sobre su rol dentro de la sociedad y la importancia de su labor, utilizando la tecnología y comunicando con transparencia", explicó Constanza Cilley, de Cultura de Dar y Voices.
Sin embargo, hay mucho trabajo por hacer allí. Las nuevas generaciones buscan un impacto directo, sin intermediarios, lo que afecta a las organizaciones sin fines de lucro. Hay un dato que muestra todo lo que falta: 8 de cada 10 encuestados no supo dar el nombre de una ONG. Entonces, no es que tengan una mal concepto de esas entidades, sino que no las conocen. Es vital iniciar campañas de difusión, aprovechando las herramientas digitales.
Y es que la tecnología cobra aún más protagonismo en el segmento entre 18 y 24 años: el 34% de los que realizaron alguna donación lo hicieron a través de Mercado Pago. El inconveniente es la falta de consistencia, dado que el 75% hizo diversos aportes, aleatorios, alternando entre varias instituciones. Esto pega fuerte en el sector y evita una previsibilidad económica que permita desarrollar con plenitud las actividades que planifican, más aun en tiempos de recesión.
Así, en un contexto en el que las ONGs no logran posicionarse como protagonistas ni ser vistas como agentes de cambio por la juventud, hay un gran escenario de oportunidad para que utilicen la tecnología para llegar a ese segmento y hablarles directamente para poder crear una relación sólida y aumentar sus ingresos.