Diez años de Papado en un mundo menos religioso
Por Marita Carballo
Francisco fue elegido Papa en un periodo en el que la religión está en baja en gran parte del Occidente.
Argentina se destaca por contar con una gran cantidad de personas que han sobresalido en diferentes campos a nivel mundial. A pesar de que como país nos resulta difícil trabajar en conjunto, lo cual nos perjudica mucho, podemos estar orgullosos del conjunto de compatriotas que han llegado a la cima en sus respectivas actividades.
Se trata de un país con notables individualidades, que ha producido cinco Premios Nobel y un Papa argentino. Francisco es el primer pontífice latinoamericano y el primer no europeo en más de un milenio. Además, es el líder con mayor popularidad y mejor imagen a nivel global, según estudios internacionales realizados por WIN/GIA/VOICES.
Este mes de marzo se cumplieron 10 años de Papado de Francisco. Un década muy difícil con cambios importantes en el mundo, la pandemia del coronavirus con sus múltiples derivaciones económicas, sociales y de todo tipo; la guerra Rusia y Ucrania que está escalando y el cambio climático.
Su gestión puso el foco en la justicia social, en los más pobres del mundo, en los refugiados y trabajo incansablemente por ellos en estos años. Propuso una reforma de la Iglesia para hacerla más inclusiva, más abierta y respetuosa de las diferencias y los tipos de familia. Lucho contra la corrupción y por la transparencia en las finanzas del Vaticano y también contra la pedofilia interna de la Institución en el mundo. Temas muy duros y difíciles que se atrevió a enfrentar.
Su austeridad personal, su empatía hacia los más vulnerables, su compromiso con el medio ambiente y su incesante labor en pro del encuentro entre los pueblos son rasgos que destacan en la figura del Papa Francisco. A lo largo de la década realizó viajes a alrededor de 60 países de América, Europa, África y Asia. Interesan especialmente sus visitas a países de diferentes religiones como Jordania, Palestina, Israel, Emiratos Árabes, Bahréin que muestran su visión y trabajo geopolítico.
Ningún Papa ha hecho tanto como él en el diálogo entre las religiones. Y ha sido claro en sus mensajes al señalar que cristianos y musulmanes deben “caminar juntos” contra todo tipo de violencia y que cada ser humano es nuestro hermano independientemente de su origen o pertenencia religiosa. Cuanto más conocemos al otro, al que piensa distinto menores son los prejuicios y más fácil el entendimiento. El futuro de todos depende en gran parte del encuentro entre culturas. Éste es uno de los grandes desafíos para alcanzar un mundo justo, en paz y sin violencia.
Un tema importante es qué pasa con la religiosidad en el mundo, qué situaciones debe enfrentar el Papado de Francisco. Por un lado, observamos que a nivel global la población sigue creyendo mayoritariamente en Dios y se define como religiosa, siendo la creencia en Dios más fuerte que la religiosidad. La mayoría los seres humanos necesita de Dios y esto da mayor sentido a su vida.
Según la última encuesta de Voices con participación de 61 países en 2022, el 72% cree en Dios y un 62% se autodefine como religioso. Asimismo, un 57% a nivel global cree en la vida después de la muerte. No obstante, encontramos grandes diferencias según regiones y países. Así vemos que es sobre todo en países tradicionalmente católicos donde ha caído la religiosidad en las últimas décadas y se requieren reformas en la Iglesia que el Sumo Pontífice ve con claridad.
En la segmentación por regiones observamos que los países la Unión Europea y de Asia Oriental y Oceanía son los menos religiosos. En cambio los habitantes de África subsahariana, Asia meridional y los países europeos no pertenecientes a la UE expresan una afiliación religiosa mucho más fuerte.
En América Latina el 68% se define como religioso y el 88% creen Dios pero en el caso de la Argentina es religioso el 55% y cree en Dios el 77%. En Norteamérica esas cifras son el 50% y 67% respectivamente.
Francisco ha sido elegido como Papa en un período en que la religión está en baja en gran parte de Occidente. Estamos viendo en las últimas décadas un aumento marcado de los procesos de secularización en Europa donde la gente está hoy alejada de las iglesias, es muy poco religiosa y menos aún practicante. En Argentina ha disminuido en las últimas décadas el número de católicos, de personas religiosas, la asistencia a las Iglesias y la importancia otorgada a la religión en la vida. Y el mismo Papa si bien tiene una imagen positiva mayor que la dirigencia política en general, en su propia tierra tiene una relación difícil con algunos sectores de la sociedad que le critican ya sea porque no visito el país o por cuestiones políticas producto de la profunda grieta que tenemos hoy en la Argentina.
Este décimo aniversario puede ser una oportunidad para generar el encuentro que tanto necesitamos los argentinos. Hemos visto algunas señales en esa dirección y a los dirigentes de distintos partidos políticos reconociendo juntos la labor de Francisco en estos años al hacer un balance de su Papado. Celebramos este hecho en la esperanza de que finalmente nos encontremos y trabajemos juntos los argentinos.