Salud mental: Argentina encabeza el ranking de padecimiento de estrés
Argentina experimenta un deterioro en los indicadores de percepción de salud y encabeza el ranking de padecimiento de estrés junto con Perú. Las mujeres y los jóvenes son los más afectados.
Una reciente investigación global pone de manifiesto un tema que, aunque no es exclusivo de Argentina, sí encuentra en nuestro país un punto crítico de reflexión y acción. Según el estudio llevado a cabo por Voices en colaboración con WIN International, Argentina experimenta un notable deterioro en los indicadores de percepción de salud, ubicándose al tope del ranking de estrés junto con Perú, entre los 39 países analizados. Este fenómeno afecta con mayor intensidad a mujeres y jóvenes, delineando un panorama que demanda una respuesta tanto nacional como regional.
El análisis, que contempló las opiniones y creencias de más de 33.000 individuos a nivel mundial, revela que, si bien el 74% de los encuestados globalmente se percibe como saludable, en Argentina esta percepción positiva ha disminuido significativamente, de 86% en 2018 a 72% en la actualidad. Esta tendencia decreciente es aún más pronunciada cuando se examinan aspectos específicos de la salud como el estado físico, el peso, el estrés y el sueño.
Resulta alarmante, pero no sorprendente, que Argentina y Perú lideren el ranking de peor percepción de estrés, con solo un 35% de argentinos considerando su nivel de estrés como manejable. Este dato contrasta fuertemente con la mejora global en la evaluación del estrés, donde se registró un incremento en la percepción positiva del 57% al 66% desde la última medición. Este deterioro de la salud mental en Argentina no solo plantea un desafío de política sanitaria interna sino que también invita a una reflexión más amplia sobre las dinámicas sociales, económicas y culturales que contribuyen a este estado de situación.
“La salud es un reflejo de la sociedad en su conjunto. Los resultados del estudio invitan a una reflexión profunda sobre cómo los diferentes países abordan el bienestar de sus ciudadanos y cómo pueden colaborar para enfrentar desafíos comunes”, enfatiza Constanza Cilley, directora Ejecutiva de Voices.
Comparativamente, la autoevaluación de la salud en Argentina muestra similitudes y discrepancias con otros países de América Latina y Europa. Mientras México y Paraguay presentan una mejor percepción de salud dentro de la región, la situación argentina es comparable con la media global, aunque con una tendencia más hacia el empeoramiento. Este contraste se extiende al ámbito europeo, donde la percepción de salud tiende a ser más positiva, sugiriendo diferencias en los sistemas de salud, estilos de vida y factores socioeconómicos.
El fenómeno argentino, caracterizado por una creciente autocrítica entre jóvenes y una disparidad en la percepción de salud entre géneros, plantea interrogantes esenciales sobre el bienestar de la población y la efectividad de las políticas públicas destinadas a su mejora. Cilley, subraya la urgencia de atender estas tendencias, destacando la necesidad de estrategias enfocadas en la salud mental y física que contemplen las particularidades de género y edad.
Frente a este escenario, resulta imperativo no solo una introspección nacional sino también una mirada regional que permita intercambiar experiencias, políticas y estrategias de prevención y atención en salud mental. La situación de Argentina debe ser un llamado a la acción para fortalecer los lazos de cooperación en América Latina y con Europa, promoviendo el intercambio de buenas prácticas y el aprendizaje mutuo en pro de un bienestar integral. La salud mental, especialmente en un contexto de creciente estrés y ansiedad, emerge como un área prioritaria en la que la cooperación internacional y el compromiso local pueden marcar la diferencia en la calidad de vida de las poblaciones.